sábado, 18 de mayo de 2013

Dicen que mi nombre no es real.

Hoy que quise entrar en la cuenta, chútatelas, que Gmail dice que mi nombre es real.

Eso significa que alguien ya intentó quebrar mi contraseña o sacar mi dirección de correo asociada a este blog, lo que está difícil porque no uso ningún correo comercial. Eso lo aprendí de Baldomero, el Inge que era mani manis de Fernandito, hasta que lo corrieron por andar haciendo tranzas con los Pizarrones Inteligentes en el 2008.
Así que ni piensen que les voy a dar mi correo real, pero como quieren un nombre para poder echarle la culpa a quien se deje, puse que 'My name is Carlos Eugenio Dorantes Hernández', (¿alguna vez han oído cómo habla el inglés el hijito de Dorantes? hasta parece británico, igualito que Mr. Bean, se nota la buena educación que llevó fuera de México) como debe ser, por el tipo de 'relación íntima' que tienen Carlitos y Genito, tan bonitos los dos, haciendo mugrero con sus escuelitas tapaderas de lavado y quién sabe qué más.

martes, 7 de mayo de 2013

¿Y las utilidades, apá?

¡Qué onda raza!

¡Aquí nomás estamos haciéndonos viejos, al lado de los veteranazos del ICEST!

Los pocos que van librando la depuración, son ya objeto de admiración, por su aguante y resistencia a prueba de balas.

De la vieja guardia quedan nomás los elementos que no hacen ruido: Antonio Jiménez es uno. Otra es la especialísima Tere Lomelí. O los que tienen el hueso más amarrado que Pebbels a las greñas, como la contadora Velasco -que acá entre nos, es una perra bien perra-, o Manolita, esa secre que chutó hasta las grandes ligas, por ligarse a un inexperto Carlitos hace un montonal de años.

Pero esas son otras historias que ya contaremos más adelante.

Ahorita, ya salió dando chispazos la Dalia, esa marimacha que era según muy íntima y casi tortilla de Manolita. Lástima de hija tan chula que tiene, ella es más fea que un vocho visto por abajo.

También salió Víctor, el de RH., quien ya tenía sus años. Pero bueno, esto fue para darle entrada a Dalia, y por eso pasó lo que pasó. Cuando Sandrita Ávila, más cabrona que bonita, vio que se le podía caer su teatrito, comenzó a correrlos a todos.

¡Cuello!

Y de puntitas, salieron brincando Dalia, Víctor, y hasta el de cómputo, un Alejandro Barragán que a pesar de andar matándose por el ICEST, nomás no le dieron chance de hacer nada más. Lo raro es que aún no salga la Maruja, pero si pensamos que pasaron a Heidi la socióloga a Posgrado, pues necesitaban un chicote que les funcionara super-bien, para quedarse con el hueso.

Total, a las que les queda poco tiempo son a la Maruja, que en cualquier momento brincará igual que los demás, sobre todo cuando Sandrita Ávila vea el tipo de viborita que tiene allí, en las oficinas administrativas. Heidi no saldrá, porque la supo hacer empezando en los foros dizque de Maestría que tenía el ICEST con EDUCAD hace como 7 años, luego Supervisión -que fue cuando valió madres la Maruja, porque pensaba quedarse con el cargo, y le pusieron encima a Heidi, que comenzaba a hacer sus pininos en el 2010-, y pues cuando metió en cintura a la Maruja, ya pudieron pasarla a Posgrado.

Pero bueno, de momento esto aquí se queda.

¡Ah! ¡Casi se me olvida!

Este nuevo blog lo empiezo nomás para curármela de los zonzos de administración del ICEST que piensan que la escuela se ve más bonita por todo lo que andan haciendo con las canchas y laboratorios.

¡Y NO SE DAN CUENTA QUE ESAS SON SUS UTILIDADES!

Porque, ¿ya les había dicho que en el ICEST NO DAN COMPROBANTES DE PAGO A SUS EMPLIADOS?

Como lo oye, a nadie le sueltan copia siquiera de lo que sacan de chivo.

¿Sabe por qué?

Porque el año pasado, cuando a Geno, el ex-gober de Mataulipas, le congelaron las cuentas de banco, para su mala suerte también congelaron la del ICEST. Y tuvieron que pagar a los pobres zonzos de administración depositándole directo a las tarjetas. Sandrita Ávila se ha de haber querido morir, porque depositar en ventanilla para abono el mismo día, no sale de grapa en el banco.

Así que mientras todos esperan tener techos y laboratorios listos en todos los ICESTS, ICESM, ICESH y demás siglas, los que pagan el pato y albañiles y materiales son los empleados de esa escuelucha de tristeza, que no reciben ni un centavo por reparto de utilidades, y ni siquiera copia del recibo de nómina.

¿Verdá que ese es un negocio redondo?

¡Qué ASCO!

jueves, 19 de julio de 2012

Perfil Psicológico: Tere Lomelí.

Le dije a uno de los Psicólocos que me ayudara con unos perfiles, nomás para saber qué clase de gente hay en el ICEST, metido en rectoría.

=====
Tere Lomelí es una persona obsesivo-compulsiva, con graves frustraciones profesionales y desórdenes de tipo psico-sexual.

Esto la obliga a concentrarse en los aspectos más inmediatos y materiales de los lugares en que se encuentra, tal es la razón de que frecuentemente lo tase todo por su valor económico.

¿Cuánto vale, cuánto pagaron? son las frases que ella utilizará en cualquier plática informal, mas cuando entra por razones laborales, en una conversación más seria y de fondo, sus preguntas cambiarán a ¿cuánto se ahorró, cuándo se autorizó?

El concepto pérdida-ganancia tiene una preponderancia sobre otros aspectos como pudieran ser utilidad-servicio. Por esto, quien observe detenidamente podrá advertir unos pequeños pliegues a los lados de la nariz, el gesto de quien huele algo desagradable, o desaprueba lo que ve.

Con la gente bajo su mando -es decir, con el personal administrativo de todos los campus del ICESH, por ejemplo- utilizará una manera directa de indagar sobre los costes y origen de mobiliario, uniformes, artículos publicitarios y demás, empleando la ventaja que se obtiene de una pregunta hecha cuando no se tiene tiempo de pensar una respuesta.

Así, obtiene información de manera brusca, ayudada por su experiencia como administrativo y principalmente, por su experiencia como promotora de eventos a cargo del ICEST en todos sus Campus.

¿Cuánto costó, cuándo lo compraron, en cuánto salió cada uno de...? son frases que reconocerá cualquier empleado que tenga el disfortunio de tenerla frente a sí.

Los desórdenes más graves, en el ámbito psico-sexual, se muestran sobre todo en el tipo de vestimenta utilizada y el corte y tinte, que no cambiará porque en ellos ha encontrado un ancla para no sentirse perdida en un ambiente donde el trato entre empleados es más bien relajados, y donde se tiene el precedente de Manola, la esposa de Dorantes.

El peinado estará siempre, y en toda circunstancia, bien cuidado, pero con un corte de modelo de revista de los años 70. Esa es la figura que se observará siempre, un anacrónico tinte de pelo en un corte que dejó de verse hace años, y es la única manera de enfrentar un mundo que exige cambios ante los cuales ella no se siente a gusto, o 'en su elemento'.

Los esporádicos encuentros sexuales -si los hay, y cuando los hay- fortalecen esta imagen de 'alguien centrado' que ella ha forjado de sí misma, evitando así contraponerse o cuestionarse sobre su manera de reaccionar ante el mundo real y los problemas cotidianos.

Este tipo de personas tiende a tener rituales casi imperceptibles, pero evidentes para quienes los han tratado por periodos de tiempo prolongados. Vigilará el fistol, la pañoleta, las mancuernas, el color de los aretes, pero de una forma obsesiva. Y esto lo efectuará también en circunstancias donde el aspecto ritual es desapercibido y más tolerado: al tomar alimentos en restaurantes, o asistir a una simple reunión 'informal' en un café. Para este tipo de personas no existe lo 'informal', todo reviste un aspecto de elaboración que sólo puede encajar en una de dos opciones: correcto o incorrecto.

Por ello, al asistir a tomar café, nunca pedirá otra cosa que el mismo sabor de siempre, y también siempre comerá el mismo número de galletas, ni una más ni una menos. Quien sea igualmente compulsivo, observará que incluso el número de vueltas necesarias para que la cucharilla disuelva el azúcar en el café, o en el té -la cumbre de las cumbres en lo que a rituales se refiere- es invariablemente igual en todo momento.

Para ocultar esa insatisfacción íntima, se observará que sus elogios o 'piropos' siempre irán dirigidos a personas del sexo opuesto menores a ella, aunque nunca con una diferencia de más de 10 años, para guardar la apariencia de 'corrección' que espera proyectar a los demás.

=====

¡Gracias Lic. por su plática del pasado 18 de julio!